La importancia que tuvieron los puertos canarios en el mundo del vino
Cuando uno pasea por los barrios históricos de Garachico, Puerto de la Cruz y Santa Cruz de Tenerife su mirada se detiene en las casonas canarias, adornadas con balcones, pertenecientes a aquellas familias de comerciantes y cosecheros que dieron vida a estos puertos. Son edificios que evocan todo un mundo desaparecido, cuando las islas enviaban sus vinos y aguardientes a destinos lejanos: La Habana, La Guaira, Londres, Jamaica, Nueva York, Bombay o Guinea. En torno al patio de piedra, se levanta una construcción de dos y tres plantas, con sus galerías de tea, en donde convergen las antiguas bodegas y almacenes de la planta baja, la escribanía de comercio en el entresuelo y la vivienda de los dueños en la planta alta. Algunas poseen todavía el mirador, desde donde se oteaba el océano y los barcos. Seguir leyendo »