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De tapas y vinos por Valencia, España

de-tapas-y-vinos-por-valenciaEl casco histórico de Valencia es una reminiscencia de su glorioso pasado, una aventura para los sentidos y un vino para el alma. Recorrer sus calles llena nuestros ojos con la hermosa presencia de sus hermosos edificios, desde la estación del tren hasta la Puerta de Serrano, pasando por la plaza de toros, el Mercado, la Catedral, por mencionar sólo algunos. Se me asemeja a una pequeña Madrid, hermosa y vibrante, pero íntima, cercana, sin demasiado bullicio, más bien una sosegada experiencia.
Así que decidimos vivir la experiencia de salir de tapas por Valencia, la cual marcó nuestro viaje de manera placentero e imborrable. Mientras caminamos sus calles, Carrer de Xátiva, Av. Del Baró de Cárcer o Carrer dels Brodadors, llegan a nuestro olfato sus maravillosos platos, de entre muchos, clochinas, patatas bravas, esgarraet, sepia a la plancha, boquerones en vinagre, tellinas, croquetas de bacalao y siempre, algo más que una tapa sus famosas paellas.
La influencia del mar sobre Valencia no pasa desapercibida en sus comidas, y esto ha influenciado de manera determinante que la zona sea una tierra de grandes vinos blancos, que acompañan maravillosamente sus delicados y suculentos pescados, crustáceos y mariscos.
Subimos al cielo con croquetas de bacalao las cuales emparejamos con Impromptu Sauvignon Blanc, que se presentó de color amarillo con reflejos verdosos, deleitó nuestro olfato con aromas minerales mezclados con fruta fresca tropical y compota, al paladar buen peso de fruta en boca, untuoso, denso, buena acidez final y muy largo en la boca.
colchinasProbamos unas clochinas, que acompañamos con un Pasiego La Suertes 2015, elaborado a base de macabeo y sauvignon blanc, a la vista amarillo pálido con matices verdosos, limpio y brillante. En nariz es floral, con toques de fruta tropical y buena intensidad. En boca es sabroso, con la acidez justa y buena persistencia, una delicia al paladar.
No podíamos dejar de probar las patatas bravas, las cuales acompañamos con DNA Murviedro Fashion Alma Mística, elaborado con las variedades Muscat y Viura, de color amarillo con matices verdosos, muy brillante. En nariz intenso y de gran complejidad, con un amplio abanico de aromas a frutas exóticas (lychees, maracuyá) y matices florales, para deleitar el paladar envolvente pero fresco, muy persistente.
paella-valencianaIr a Valencia y no probar una paella es un pecado, por lo que nos dirigimos a la playa y degustamos la paella valenciana más deliciosa de nuestras vidas. Emparejar un vino con este plato no fue tarea sencilla, por lo que nos decidimos por un Cava, Dominio de la Vega Expression Brut Blanco 2014, de color amarillo pajizo pálido con burbujas finas. Aromas cítricos y manzanas con notas de aromas florales y finos de panadería. Al gusto tiene una buena entrada al paladar, con burbujas picosas, bien equilibrado y un final cremoso encantador, que armonizaba de maravilla con los mariscos que rebosaban nuestra paella.
Al terminar nuestro recorrido, queda en mi mente la fija promesa de regresar a degustar los sabores de la tierra de la mano de los tintos de la región.

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